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Es un día lluvioso. No podés
salir a caminar al parque ni pasear en bicicleta. No podés jugar deportes con tus
amigos ni nada que involucre salir afuera… a menos que te guste ejercitar bajo
la lluvia. ¿Qué hacer? Bueno, en realidad las paredes de la casa no nos limitan
cuando se trata de poner al cuerpo en movimiento. Antes que todo, debemos comenzar
por el calentamiento, lo cual se puede realizar haciendo unos 10 minutos de
carrera en el sitio. Se puede descansar entre carrera y carrera unos pocos
segundos sin dejar de marchar en el lugar. Si se posee una cinta o bicicleta
fija, se puede realizar el calentamiento allí. También se puede usar las
escaleras de la casa subiendo y bajando las mismas. Luego pasamos a los
ejercicios en sí. Podemos trabajar los abdominales, los glúteos, las piernas,
los brazos… Es mejor trabajar el cuerpo completo, pero siempre se puede hacer
más énfasis en las zonas que más deseemos trabajar. Se pueden hacer diferentes
rutinas, rutinas que más nos gusten. En realidad, incluso bailar puede ser
considerado ejercicio si lo hacemos de manera consistente y nos movemos mucho.
Lo importante es que pongamos al cuerpo en movimiento durante media a una hora
y tener en cuenta que entre ejercicio y ejercicio se recomienda no descansar
más de 2 minutos. Al finalizar la rutina de ejercicios, siempre se deben de
realizar unos minutos de estiramientos. Estos consejos son igualmente
aplicables para todos aquellos que no tienen un gimnasio cerca o que
simplemente no desean salir de casa para entrenar. Eso sí, requiere de constancia
y esfuerzo de cada uno dedicar tiempo de su vida al menos 3 veces por semana a
mover el cuerpo, ayudando al mismo a mantenerse en forma.
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