domingo, 4 de marzo de 2012

Tierra limpia, alimentos limpios: separar la basura

Conseguí esta idea aquí
Resulta interesante que el concepto de “Reducir, reusar y reciclar” está en todos lados, que todos sepan que la basura va al basurero y no a cualquier basurero sino a aquel específico para el tipo de basura que deseamos tirar. Todos lo saben, pero… ¿cuántos de nosotros realmente nos tomamos la “molestia” de tirar la basura en el basurero? Solo hay que recorrer las calles para darnos cuenta de que la gran mayoría no lo hace. Y mucho menos pedir que separen la basura o reciclen. Ahora bien, quejarnos del asunto no sirve para nada. Lo mejor es hacer algo al respecto. Primero y primordial: la basura va al basurero. Es cierto que hay personas encargadas de limpiar las calles y que incluso se les paga por ello, pero ¿de verdad queremos ser de la clase de persona que ensucia solo porque alguien más vendrá a limpiar? Es más, estas personas ya tienen mucho trabajo de por sí con todas las hojas que caen de los árboles y la suciedad que llevamos de aquí para allá con nuestros zapatos. ¿Por qué no alivianar su carga laboral simplemente tirando la basura donde pertenece, en el basurero? Para quienes ya es un hábito el tirar la basura al basurero, podemos ir un paso más allá: separar la basura en orgánica e inorgánica. ¿Por qué? Porque esto facilita la tarea de reciclar lo reciclable y nos permite producir composta a partir de las basuras orgánicas. Los residuos orgánicos son los biodegradables (se descomponen gracias a la acción de microorganismos), como ser: cáscaras de frutas y verduras, sobrantes de comida, café o té, residuos de jardinería, cascarones de huevo, cabello, etc. Los residuos inorgánicos son los que no se descomponen o que tardan largo tiempo en descomponerse, como ser: bolsas, empaques y envases de plástico, vidrio, papel, cartón, metales, electrodomésticos, artículos de oficina, cerámica, clavos, ropa, zapatos, etc. Sí, parecería mucho trabajo, pero es una manera de cuidar nuestro planeta y, consecuentemente, nuestra salud. Bien vale la pena. En realidad, es cuestión de que incorporemos el hábito de separar la basura en nuestra rutina diaria para que sea algo que hacemos naturalmente y sin trabajo. Se dice que toma unas 3 semanas para que algo se vuelva parte de nuestra rutina. ¿Por qué no procurar hacerlo este mes? Para cuando sea momento de otro post sobre este tema, ya será parte de nuestro día a día.

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