domingo, 26 de febrero de 2012

“No dejes para mañana...

…lo que puedes hacer hoy”. Lo hemos escuchado desde pequeños. Nos lo sabemos de memoria. Se lo decimos a otros. Nos lo decimos a nosotros mismos. Pero, ¿cuántos de nosotros realmente hacemos caso a esta frase? ¿Cuántos de nosotros realmente nos ponemos las pilas y hacemos lo que debemos hacer en el momento en que debemos de hacerlo? La postergación es estar constantemente “por hacer” algo sin llegar a hacerlo, sin llegar a sentir la satisfacción que viene de lograr lo que tanto anhelamos. Puede que posterguemos algo convencidos de que en algún momento realmente lo vamos a hacer. Puede que posterguemos algo sabiendo que no lo haremos nunca. Sea cual sea el caso, postergar solamente aumenta nuestra ansiedad y estrés. Nuestra mente recuerda qué es lo que nos propusimos hacer. Cuando no completamos esa tarea, nuestra mente lo recuerda también. Y queda la sensación de no haber hecho algo que nos propusimos. No es una sensación agradable. Es más, en cuestiones de salud, el postergar los pasos positivos que queremos dar hacia una mejor calidad de vida puede incluso llegar a ser dañino… si no mortal. Ahora bien, no es tarde para cambiar. Lo recomendable es comenzar por cosas pequeñas, sobre todo si hace tiempo que se vienen acumulando tareas no finalizadas. Miremos alrededor. ¿Qué se puede cambiar, desechar, arreglar, regalar? Cuando uno cambia el entorno de uno, ayuda a la mente a estar preparado para otros cambios. Cuando uno se deshace de cosas que hace tiempo no usa, fuerza a la mente a concentrarse en el ahora, en el presente. Luego, hacer una lista de todas las cosas que se nos ocurra que hayamos dejado “para después”. Todo lo que venga a la mente. Pueden ser cosas que nos propusimos hoy, ayer, hace una semana, un mes, un año, una década… No importa. Todo va a la lista. Cuando ya no se nos ocurra nada más, leamos la lista. Identifiquemos qué cosas son necesarias hacer y de qué cosas se puede prescindir por el momento. Después podemos elegir de tres a cinco cosas más importantes, hacer una lista aparte con esas cosas y ¡manos a la obra! Tener estas listas con nosotros siempre es bueno para que apenas vayamos cumpliendo con una cosa de la segunda lista la podamos tachar. Entonces podemos reemplazarla por otra cosa de la primera lista. De a poco irán desapareciendo las cosas postergadas y sentiremos el placer de haber cumplido con lo que nos propusimos. ¿Cuándo empezar a poner en práctica estos consejos? Ahora ;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario