domingo, 2 de octubre de 2011

Un tema salado

Conseguí esta sal aquí
Aunque actualmente hay controversias con respecto al papel que juega la sal en la hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares y sobre cuánta sal diaria se puede consumir, la posición científica oficial es que el consumo excesivo de sal puede elevar la presión arterial y que, por esta razón, lo mejor es moderar su consumo. La sal (cloruro de sodio, según su nombre químico) proporciona a los alimentos uno de los sabores primarios (el saldado) que es percibido en la lengua por las papilas gustativas específicas para este sabor. Es posiblemente el condimento más antiguo utilizado por el ser humano. Esto se debe a que, al ser agregada a otro alimento, potencia su sabor. También es interesante notar que cada vez más son los países en los que se comercializa la sal como un alimento funcional al que se le agrega Yodo para prevenir enfermedades como el bocio o Flúor para prevenir las caries. La sal provee minerales necesarios para nuestro cuerpo (cloro y sodio), así que no podemos dejar de consumirla completamente. Sí podemos disminuir su consumo cocinando con poca sal y no agregando sal una vez preparada la comida. Podemos aprender a utilizar la amplia gama de hierbas y especias que mejoran los sabores de los alimentos: ajo, pimienta, cebolla, jugo de limón, perejil, albahaca, laurel, comino, azafrán, curry, paprika, menta... Solo nos limita nuestro grado de creatividad. Ahora bien, el mayor porcentaje de la sal que ingerimos no proviene de la que nosotros mismos agregamos a la comida, sino de la que la industria agrega a los alimentos que consumimos. Así que es importante poder detectar cuáles son los alimentos más ricos en sal para así poder moderar su consumo. Las comidas con mayor contenido de sal son los quesos, la manteca, la margarina, los panificados en general, los fiambres, los embutidos, los chacinados, los productos en conserva, los enlatados, los cubitos de caldo comunes y condimentos como la mayonesa, la salsa golf, el kétchup, la mostaza y la salsa de tomate preparada. Esto no quiere decir que no podemos consumir estos productos nunca más. Simplemente debemos moderar su consumo. No dejemos que la sal acorte nuestra vida, más bien dejemos que le dé el sabor justo para hacerla deliciosa ;)

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