“El
amor entra por el estómago” es la traducción al castellano de lo que mi abuelo
solía decir en alemán y de lo que tenía escrito en su delantal mi mamá cada vez
que mi papá venía a visitarla en su época de novios. En general, amamos a la
persona que nos alimenta y la persona que nos alimenta lo hace por amor a
nosotros. Es por eso que quienes cocinan para sus seres queridos suelen
esmerarse por mejorar en tal arte. Es por eso que buscan recetas nuevas,
sabores diferentes a los acostumbrados…
o buscan repetir recetas que han gustado. Ahora bien, es cierto que por amor es
que queremos dar lo que más les gusta a nuestros seres queridos. Pero, ¿no
debería ser por amor también que queramos darles de comer platos que, además de
ricos, sean saludables? Es por amor que debemos buscar no solo satisfacer el
paladar, sino nutrir el cuerpo y así cuidar la salud.
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