domingo, 8 de julio de 2012

Un diente de ajo al día...

Encontré este ajo aquí
…bien puede alejar al doctor de su vida. Y no por el aliento que da. Esta hortaliza que se consume como alimento, como condimento y como medicina desde tiempos inmemoriales es, muy probablemente, a la que más propiedades curativas se le han adjudicado a lo largo de la historia: desde reducción de los gases intestinales y de la producción de moco hasta expectorante e inhibidor de la oxidación del colesterol malo. Lo cierto es que el ajo contiene componentes azufrados que son hipotensores (bajan la presión arterial), hipoglucemiantes (bajan el azúcar en sangre), anticoagulantes (evitan la coagulación de la sangre), antibióticos (anti-bacterias), antifúngicos (anti-hongos), antivirales (anti-virus), hipocolesterolemiantes (bajan el colesterol en sangre), antioxidantes (evitan los efectos nocivos de los radicales libres) y anticancerígenos. También presenta componentes no azufrados que poseen efectos cardioprotectores, efectos beneficiosos sobre el asma y la alergia, efectos estimulantes en el sistema inmune y efectos antiinflamatorios... además de algunas de las propiedades ya citadas de los compuestos azufrados. Maravilloso.  Aunque difieren en las cifras, el mayor consenso se da en que es un diente de ajo, 2 a 4g de su polvo, 10mg de su aceite o 1,5 a 3g de su extracto por día la cantidad a consumir para tener los beneficios deseados. Es bueno no pasarse de esas dosis, ya que a dosis elevadas el ajo puede causar irritaciones gástricas y náuseas. Pero, ¿cómo aprovechar estas propiedades de la mejor manera? (Entendiéndose por “mejor manera” una en la que se aprovechen plenamente estas propiedades sin dejarnos con un aliento que espante de nuestro lado a quienes no hayan consumido ajo). Cuando este es machacado, partido o cortado, varios de sus componentes azufrados son liberados, abandonando el interior de las células vegetales. Entonces interaccionan unos con otros para desencadenar una cascada de reacciones químicas, la cual genera un número elevado de sus componentes. Esto quiere decir que si buscamos las acciones de sus componentes azufrados, necesariamente debemos machacar, partir o cortar el ajo. Se puede hacerlo en agua fría y luego mezclar el ajo machacado con leche tibia con un poco de canela para su consumo. O, luego de consumir el ajo machacado, beber una infusión de hojas de menta o un jugo de limón sin agua ni azúcar. También es importante lavarse bien los dientes y la lengua y utilizar un enjuague bucal. Masticar una ramita de perejil por unos 5min es otro truco para deshacerse del mal aliento. Hacer buches poniendo 2 cucharaditas de bicarbonato de sodio en una taza con agua tibia es otro truco. Si nada funciona, existen en el mercado cápsulas del polvo de ajo, las cuales  no deberían causar mal aliento. Ahora bien, ¿en qué momento del día consumir el ajo? Para efectos antiparasitarios, hipotensores e hipoglucemiantes, el mejor momento es a la mañana en ayunas; para lograr efectos en la dislipidemia, después del almuerzo. ¿Quién se anima a darle al ajo la oportunidad de ayudarle a mantener su vida saludable?

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