Encontré este arbolito aquí
Las plantas tienen la habilidad
de transformar dióxido de carbono (tóxico para el humano) en oxígeno. Básicamente
hacen la respiración humana a la inversa. Es por eso que son considerados los
pulmones de nuestro planeta y es por eso que el que cada uno de nosotros plante
un árbol ayuda a tener aire más puro. El dióxido de carbono es uno de los gases
invernaderos. Por ende, aumentar la cantidad de árboles en el planeta ayuda a
disminuir la cantidad de gases responsables del cambio climático que según se
entiende en la actualidad conduce al calentamiento global. Otro punto
importante es que las hojas de los árboles retienen las partículas de polvo que
flotan en el aire, evitando que las inhalemos al respirar. También liberan
vapor de agua que refresca el aire y lo humedece. Si se plantan árboles
alrededor de la casa se puede refrescarla considerablemente, lo que disminuirá
el uso de los sistemas de refrigeración evitando así otra fuente de
contaminación del ambiente. Lo inverso también es cierto: impide el paso al frío
viento de invierno, disminuyendo la necesidad de calefacción. Un punto
importante para aquellos que vivimos en la ciudad: las grandes masas de hojas
funcionan como amortiguadores del ruido generado por el tránsito, las
industrias y el funcionamiento de la ciudad. La tala de árboles se hace cada
vez más frecuente, hasta el grado de llegar a verlo como parte normal de la
vida en la actualidad. La realidad es que, aunque es parte de la vida, la tala
indiscriminada de árboles y a la escala en la que se realiza en la actualidad
no es normal. Es más, al talar un árbol desaparecen cientos de otros seres vivos
que habitan en él. Cada árbol funciona como un verdadero ecosistema: sobre él
viven pájaros, insectos y a veces otros vegetales que interactúan entre sí. Al
plantar un árbol promovemos ese ecosistema. ¿Qué pasa por debajo de la tierra? Las
raíces evitan la erosión y el desgaste de los suelos, sosteniendo las
partículas del suelo con sus raíces. Esto ayuda a que se reduzca la
contaminación que corre hacia nuestras vías fluviales también. Además, retienen
el agua de lluvia permitiendo que ésta filtre lentamente a través del suelo
hasta los acuíferos y que se dirija despacio hasta los ríos, manteniendo
estable el caudal y evitando sequías e inundaciones. Razones extra: Los árboles
embellecen la casa y el barrio, proporcionando señales de cambio de estaciones,
añadiendo elegancia, color y calidez y pueden aumentar el valor monetario de la
casa. Razones no nos faltan. Ahora bien, al plantar un árbol es bueno tener en
cuenta el plantar especies nativas. De esta manera se contribuye a mantener
vivas las especies típicas, muchas de las cuales ya están en riesgo de
extinción. También es sabio averiguar en el municipio de la ciudad donde
vivimos acerca de la normativa vigente que regula el arbolado público urbano.
Busquemos el lugar perfecto y plantemos nuestro arbolito :)
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