domingo, 17 de febrero de 2013

“I’m singing in the rain…”

Encontré esta belleza aquí
Sí, el domingo pasado no pude subir el post. Y esta vez no fue porque se me haya pasado, je. Esta vez fue una tormenta eléctrica que causó mala conexión de Internet. Así que, en honor a mi estado climático favorito, decidí que el post de hoy trataría sobre la tormenta eléctrica y sus bondades. No hablaremos de desastres naturales en este post. Hablaremos más bien de los beneficios de la tormenta eléctrica sobre la tierra y sus producciones :) Estoy segura de que casi toda persona leyendo este blog ha estudiado en algún momento u otro el ciclo del agua. Pero, por lo fascinante del asunto, repasémoslo una vez más: el ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre los distintos compartimientos de la hidrósfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico en el que hay una intervención mínima de reacciones químicas y el agua solamente se traslada de unos lugares a otros o cambia de estado físico. La mayor parte de la masa del agua se encuentra en forma líquida, (sobre todo en los océanos y mares) y en menor medida en forma de agua subterránea o de agua superficial en ríos y arroyos. El segundo compartimento por su importancia es el del agua acumulada como hielo sobre todo en los casquetes glaciares antártico y groenlandés, con una participación pequeña de los glaciares de montaña. Por último, una fracción menor está presente en la atmósfera como vapor o, en estado gaseoso, como nubes. Esta fracción atmosférica es sin embargo muy importante para el intercambio entre compartimentos y para la circulación horizontal del agua, de manera tal de asegurar un suministro permanente a las regiones de la superficie continental alejadas de los depósitos principales. El agua que se encuentra en la tierra se evapora y se eleva a la atmósfera donde se condensa y cae como lluvia o nieve. Así es como el agua se recicla a sí misma, por así decirlo. ¿No es increíble? Y lo hace año tras año, sin descansar. Es así como tenemos agua dulce y limpia a disposición todos los días. Claro está, hoy en día la contaminación individual y la industrializada se han encargado de que no esté tan limpia el agua a nuestro alrededor. Es por eso que necesitamos de plantas de tratamiento de agua… pero ese tema va para otro post. Las lluvias hidratan las tierras de cultivo, hidratando así al cultivo en sí. Eso es obvio. ¿Qué más ocurre durante las tormentas eléctricas que es tan beneficioso para el cultivo? Hablemos del nitrógeno molecular. Este es un gas incoloro e inodoro que constituye el 78% de nuestra atmósfera. Es estable y para convertirlo a otros compuestos químicos se requiere una cantidad considerable de energía. Los relámpagos contienen energía suficiente para lograrlo, haciendo que el nitrógeno y el oxígeno que se encuentra en el aire formen óxidos de nitrógeno. ¿Por qué nos interesa el nitrógeno? Dependiendo de su forma química y cantidad en el medio ambiente, el nitrógeno puede servir como nutriente, mejorando el crecimiento y la productividad de los cultivos. O sea, podría decirse que las tormentas eléctricas (cuando no son destructivas) ayudan a la tierra a dar mejores cultivos. ¿No es fascinante? Y aquí va un detalle para quienes, como yo, disfrutan de esos momentos en que la tierra está siendo abonada naturalmente.

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