domingo, 15 de enero de 2012

Fragaria


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Su nombre deriva de la fragancia que posee (“fraga” en latín). Esta planta es cultivada por su fruto comestible denominado frutilla (fresa, fresón, amarrubia, madroncillo o mayueta), del cual hablaremos el día de hoy. Las frutillas crecen de un modo silvestre en los bosques y es por eso que muchos las engloban dentro del grupo de los "frutos el bosque" junto con las grosellas, frambuesas, moras, arándanos y otras bayas. Claro está que hoy en día hay plantaciones de frutillas y quienes han tenido el placer de comer estos frutos saben que es un regalo para el paladar. Con su delicado aroma, su intenso sabor y su firme textura, nos hace agua la boca a más de uno. Es un excelente broche de oro para un buen almuerzo o cena, puede acompañar nuestro desayuno o merienda o simplemente ser un tentempié de media mañana. Se puede consumir solo, azucarado, acompañado de crema chantilly o leche condensada, como ingrediente de un batido o parte de un postre. Su color rojo vivo da un toque especial como adorno alimenticio. Lo bueno de este alimento es que además de apetitoso es muy nutritivo. Como la mayor parte de su composición es agua, es un excelente aliado de la hidratación. Por cada 100g de frutilla, absorbemos unas escasas 30 a 40Kcal por sus igualmente escasas cantidades de carbohidratos, proteínas y grasa. Su principal valor es su alto contenido en vitamina C, mucho más alto que algunos cítricos. También están provistas de vitamina A, vitamina E, ácido fólico y menores cantidades de otras vitaminas como las B1, B2, B3 y B6. Entre sus minerales, aportan fundamentalmente potasio y magnesio, aunque también hierro, fósforo, yodo y calcio. Tiene un aporte moderado de fibra, lo cual contribuye a un tránsito intestinal saludable. Nos nutre bien a la par que nos deleita, ¿qué más podemos pedir?

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