Se dice que quien llega tarde
muestra irrespetuosidad para con las demás personas involucradas. La verdad es
que en algún momento u otro a todos nos ha pasado de llegar más tarde de lo
acordado a un determinado encuentro. Pero, ¿qué pasa cuando esto se vuelve un
hábito? En el campo laboral, generalmente se considera que las personas
puntuales son confiables y trabajadoras… en contraposición con quienes llegan
tarde, a quienes se suele ver como personas que pueden influir negativamente en
el trabajo de los demás, así como en la calidad de los productos y servicios.
En la escuela, los estudiantes impuntuales suelen perder clases, lo cual
retrasa su aprendizaje. Presentarse tarde a un turno con un profesional de la
salud puede afectar la calidad del tratamiento que uno reciba. Estos son
solo ejemplos de cómo se percibe la impuntualidad y sus efectos en la vida de
la persona impuntual. Entonces, ¿cómo mejorar en este aspecto? Algo que resulta
muy útil es ser previsor. Si tenemos un compromiso en cierto lugar, ¿sería
sabio salir con el tiempo justo? ¿No sería más prudente contar con unos
minutos de margen por si surge algún suceso imprevisto? Es cierto que no se
puede prever cada detalle de la vida, pero es importante procurar calcular con
realismo el tiempo del que disponemos para las tareas que deseamos realizar antes
de la cita y las distancias que debemos recorrer para llegar a ella. Llegar a
tiempo es todo un reto para las familias con niños. Por lo general, es la madre
quien se encarga de prepararlos, pero el resto de la familia puede cooperar. Tener
una hora establecida para salir de casa y que todos cooperen para lograrlo da
buenos resultados. La persona puntual no necesita estar corriendo frenéticamente
de una cosa a la otra y siempre llegar tarde. Antes bien, es calmada y
ordenada. Logra más porque planea su día y empieza a tiempo o hasta un poco más
temprano. La puntualidad hace que otros puedan coordinar los esfuerzos de ellos
con los de uno y, como resultado, se puede lograr mucho. Benjamín Franklin dijo
una vez que si uno ama la vida, no debería desperdiciar tiempo ya que de eso
está hecha la vida. Y si uno aprecia la vida de los demás, no desperdiciará el
tiempo de ellos llegando tarde.
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