domingo, 27 de mayo de 2012

Disfrutar de la cocina

Encontré esta pareja aquí
Visualicemos la cocina como un aula en la que podemos desarrollar la creatividad y aprender a resolver problemas, a servir a los demás y a trabajar en equipo. Aunque no es en lo que uno piensa al pensar en la cocina, la verdad es que los armarios, cajones y estantes de la cocina contienen muchas lecciones valiosas que pueden aprenderse y aplicarse mientras se preparan deliciosos platos. La cocina intensifica el uso de nuestros sentidos del olfato, el gusto y el tacto… incluso el uso de nuestro sentido común. Nos enseña paciencia: si queremos un manjar, no podemos esperar poder prepararlo en cuestión de minutos. Nos enseña la importancia de medir bien los ingredientes, pero salirse de la receta para crear nuevas propias. La cocina nos ayuda a adquirir confianza en nosotros mismos con cada receta bien lograda y perseverancia cuando parece que una receta está en nuestra contra. Ahora, para que la experiencia en la cocina sea un aprendizaje continuo con el mínimo de accidentes, debemos de respetar ciertas normas de seguridad. Es bueno mantener la cocina ordenada, limpiando a medida que ensuciamos y sin dejar que se amontonen las cosas. Antes de meter un utensilio dentro del recipiente de algún aparato eléctrico, comprobar que el mismo esté apagado y desconectado. Mantener los cuchillos bien afilados para no tener que ejercer tanta presión cuando se corta los alimentos, disminuyendo así las probabilidades de que se vaya de las manos el cuchillo. Apagar siempre el fogón y el horno después de usarlos. Mantener los paños, los agarradores y los libros de receta alejados del fuego. Colocar las sartenes y demás utensilios con mangos de tal manera que el mango no sobresalga, evitando así el que alguien tope con ellos y vierta el contenido. No agarrar nada caliente hasta saber dónde va a ser colocado. Avisar a quienes están en la cocina que se lleva un objeto caliente en las manos, sobre todo si se va a pasar por detrás de ellos. Y, sobre todas las cosas, lavarse las manos frecuentemente durante todo el proceso. Es cierto que con la vida agitada que llevamos hoy en día, el arte de cocinar se va perdiendo en la monotonía de platos repetidos una y otra vez por su sencillez y escaso consumo de nuestro preciado tiempo. Una buena idea es reservar una de las comidas de la semana (el día que mayor tiempo dispongamos) para probar recetas nuevas. Esta variedad creará una sensación de renovación interior, de mayor posibilidad de expresión de nuestra creatividad. No siempre las recetas resultarán deliciosas ni perfectas. Es parte del proceso. Los artistas no siempre crean obras maestras. Sin embargo, es ese proceso de prueba y error lo que los lleva a encontrar dichas obras maestras. ¿Alguna vez vieron un libro de recetas familiar? No hablo de un libro editado e impreso por otras personas. Hablo de esos libros que escribían nuestras abuelas, nuestras madres. ¿Qué tal crear uno propio? Recetas que gusten por el sabor, por la practicidad, por la economía, por el sentimiento de victoria cuando logramos que salga bien… Independientemente del motivo por el que las recetas merezcan estar en nuestro libro, el crearlo será muy provechoso por varios motivos: tendremos acceso a nuestras mejores recetas más rápido, podremos compartirlas más fácilmente con familiares y amigos que quieran saber cómo fue preparado el deleitable plato que les servimos y tendremos un sentido de logro extra por haber escrito un libro propio… aunque sea solo para nosotros ;)

domingo, 20 de mayo de 2012

Sx. Metabolico

También conocido como Síndrome de Insulinorresistencia o Síndrome X, fue propuesto por Gerald Reaven en el año 1988. En realidad, desde la década de los 20 del siglo pasado que se describe la asociación existente entre diversas situaciones clínicas como la Diabetes Mellitus (DM), la Hipertensión arterial (HTA) y la Dislipidemia (DLP). Pero Reaven notó que estos factores tendían a ocurrir en un mismo individuo en la forma de un síndrome en el que la resistencia a la insulina constituía el mecanismo fisiopatológico (mecanismo de producción de la enfermedad) básico. En 1998, un grupo consultor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso que se denominara Síndrome Metabólico (SM). La insulinorresistencia es un estado en el que se requieren cantidades anormalmente mayores de insulina para provocar una respuesta normal. Esto lleva a una hiperinsulinemia (aumento de niveles de insulina en la sangre) como respuesta compensadora. Pero esta hiperinsulinemia, a su vez, puede llevar a una disminución de la insulinosensibilidad con una consiguiente intolerancia a la glucosa y posterior desarrollo de Diabetes. ¿Qué quiere decir todo esto? Que algo con la sustancia encargada de pasar el azúcar de la sangre a las células de nuestro cuerpo no funciona bien. Entonces nuestro cuerpo se encarga de producir más de esa sustancia, pero se resiste más a ella por motivos diversos. Entonces el azúcar, en vez de entrar a las células como debería, va acumulándose en la sangre y así aumenta su nivel en ella. Ahora bien, ¿qué causa esa insulinorresistencia? En el origen de la insulinorresistencia intervienen factores genéticos y ambientales, siendo la obesidad la causa más frecuente de la insulinorresistencia adquirida. El cuerpo entra en un círculo vicioso de hiperinsulinemia e insulinosensibilidad disminuida en gran parte por culpa del aumento de grasa en nuestro cuerpo. La razón primordial de la obesidad es un alto consumo de calorías que luego no son gastadas apropiadamente por llevar una vida sedentaria. Entonces, si procuramos llevar una vida activa físicamente conjuntamente con un plan de alimentación equilibrado y nutricionalmente adecuado para nuestro cuerpo, estamos previniendo la resistencia a la insulina y todo lo que ella desencadena. Pero, ¿qué pasa si ya tenemos instalada una resistencia a la insulina? ¿Qué pasa si ya tenemos el SM? Bueno, ya vimos que hay muchas enfermedades que componen este Síndrome, como ser la obesidad, la resistencia a la insulina, la HTA y la DLP. Aunque un tratamiento farmacológico es muchas veces necesario para cada una de estas enfermedades por separado, lo que sí trata a cada una de ellas es llevar un estilo de vida saludable (cambio en la calidad de la alimentación y modificación de los hábitos alimentarios, no abusar del alcohol ni fumar, ser activo físicamente). Esto ayudará a que el cuerpo recupere la salud o, al menos, no progrese en la enfermedad. Los pacientes con SM, así como todo otro paciente, deben reconocer y aceptar el hecho de que su salud está en sus propias manos. Los profesionales de la salud podemos ayudar hasta cierto punto a la adquisición de una vida feliz y saludable, pero en última instancia, son las decisiones cotidianas del paciente las que lo llevarán por buen camino.

domingo, 13 de mayo de 2012

Arco iris

Conseguí este arco iris aquí
Leyendo el libro “Cómo adelgazar y mantenerse con el Dr. Cormillot” del Dr. Alberto Cormillot, me encontré con un recuadro que quiero compartir el día de hoy. Todos sabemos que es vital consumir frutas y vegetales, pero muchas veces nos quedamos con los mismos de siempre. Al no probar otras variedades, estamos privándonos de diferentes sabores, aromas, texturas… pero por sobre todo de diferentes nutrientes. Aun cuando consumamos la cantidad de frutas y vegetales que debemos, quizá no estemos proveyendo a nuestro cuerpo todas las vitaminas, minerales y demás que este necesita si nuestra selección no es variada. Cuanto más colorida es nuestra selección de frutas y vegetales, mejor. Veamos por qué:
Hay una variedad muy rica en sabor, aromas, texturas y colores en el reino vegetal, así que ¿por qué conformarse con los mismos de siempre? Probemos de a poco nuevas frutas y nuevos vegetales. Agreguemos el arco iris de frutas y vegetales a nuestra a alimentación diaria :)

domingo, 6 de mayo de 2012

Tierra limpia, alimentos limpios: Agua que no has de beber...

Un splash encontrado aquí
…dejala correr, reza el conocido proverbio. Su significado es que cuando algo no es responsabilidad de uno, no debería involucrarse en ello. Pero hoy sí queremos involucrarnos en un tema que nos atañe a todos: la conservación del agua. ¿Por qué nos atañe a todos? Bueno, en uno de los primeros posts en este blog habíamos hablado acerca de la importancia del agua para nuestra salud.  Más allá de beberla, la utilizamos para nuestra salud en otros aspectos: nos lavamos las manos con agua, nos duchamos con agua, limpiamos nuestros dientes con agua, limpiamos nuestras casas y medios de transporte con agua, limpiamos los utensilios de cocina con agua, limpiamos los alimentos que consumiremos con agua, cocinamos con agua, regamos las plantas con agua… y la lista continúa. Y ni pensemos en el agua que se utiliza para que nos lleguen los productos que usamos diariamente. Sirvan de botón de muestra los siguientes números: el cultivo de los granos de café, junto con su posterior producción, embalaje y transporte para que luego podamos prepararnos una taza de café necesita de unos 136L de agua; cultivar algodón para hacer una camiseta requiere 969L de agua; fabricar un auto estadounidense requiere unos 147420L … Se necesita agua para enfriar las centrales termoeléctricas que convierten los combustibles fósiles en electricidad. En síntesis, se necesita agua para básicamente todo en esta vida. ¿Por qué es tan importante este hecho? Porque el agua está acabándose. Raro, ¿verdad? ¿Cómo es posible si vivimos en la joya azul del Universo, un planeta cubierto por agua en más de la mitad de su superficie? Bueno, resulta que de toda el agua que cubre la Tierra, un 97% es salada y un 2% es agua dulce que o está congelada en los casquetes glaciares o bien está en acuíferos demasiado profundos como para acceder a ellos. Solo alrededor del 1% del agua mundial está accesible al humano en lagos, ríos, reservorios y acuíferos a profundidades alcanzables. Es este 1% de agua la que se renueva periódicamente por medio del ciclo del agua. Es este 1% el que hemos estado explotando por el incremento de población, urbanización, industrialización y consumo. Es cierto que los que utilizan la mayor cantidad de agua son las industrias y que ellas son las que en última instancia más la ensucian también. Independientemente de este hecho, hay maneras de contribuir a no desperdiciar este líquido vital en nuestro hogar: utilizar la manguera solo si es necesario para limpiar un área y no dejarla abierta todo el tiempo ni usarla como escoba; lavar los platos sin dejar la llave abierta todo el tiempo, no usar demasiado detergente (lo cual ayuda a la economía del hogar también) y raspar bien las ollas y platos antes de fregarlos; al lavarse los dientes o afeitarse, cerrar la llave del lavamanos; revisar si las tuberías del baño gotean y corregirlas si es necesario; cerrar la llave de agua al aplicarse el shampoo, el acondicionador o al enjabonarse; tener en mente que al ducharnos usamos menos agua que al llenar la bañera; usar el agua del enjuague final de la lavadora para regar las plantas; lavar el auto sobre el césped; recoger agua de lluvia y utilizarla para regar las plantas y lavar el auto; nunca dejar los grifos de agua abiertos en el caso que no haya servicio. Son pequeños detalles que hacen mucho.