Desde que somos pequeños se nos
bombardea diariamente con imágenes que nos llevan a creer que debemos tener tal
o cual forma para ser bellos. Esta presión es mayor para las mujeres, aunque
los hombres no se libran de ella tampoco. He aquí un film corto realizado por
una compañía que produce productos para el cuidado del cabello y la piel. Más
allá de los conflictos ecológicos que pueda generar la mera mención de esta
compañía en los defensores de una vida verde, lo cierto es que este film está
muy bien hecho y captura la esencia de la era publicitaria en la que nos
toca vivir. Aunque está enfocado a las niñas, el concepto es aplicable a los
niños también. Al final del film dice “Talk to your daughter before the beauty
industry does”, lo cual se traduce “Habla con tu hija antes de que la industria
de la belleza lo haga”. No somos todos iguales y no necesitamos serlo. Es más,
la diversidad de formas, texturas y colores hace la vida más variada y
disfrutable. No necesitamos que se nos imponga una belleza estereotipada. Cada
uno de nosotros, con nuestras particularidades físicas y de personalidad, somos
bellos a nuestra manera. Lo importante es tener un cuerpo saludable y llevar un
estilo de vida que nos haga realmente felices. Espero este film estimule reflexiones
provechosas:
Blog semanal sobre todo lo que nos ayuda a mantener una vida feliz y saludable *Los consejos aquí dados son generales. Para una atención más personalizada, consultá a tu equipo multidisciplinario de salud*
domingo, 29 de abril de 2012
domingo, 22 de abril de 2012
Densidad calórica
En física y química, la densidad es la relación entre la masa de un cuerpo y el volumen que ocupa. En nutrición, hablamos de densidad calórica para relacionar las calorías de un alimento y el volumen del mismo. Se dice que un alimento es de alta densidad calórica cuando poco volumen del mismo nos aporta muchas calorías. Siguiendo esa línea, se dice que un alimento es de baja densidad calórica cuando aún mucho volumen del mismo nos aporta pocas calorías. Cuanto más volumen, más nos sacia un alimento. Cuando uno quiere adelgazar, debe buscar saciedad con la menor cantidad de calorías. En cambio, si uno quiere engordar, debe buscar aportar al cuerpo la mayor cantidad de calorías antes de saciarse. Por ende, dependiendo de si queremos adelgazar o engordar, buscaremos alimentos de menor o mayor densidad calórica, respectivamente. Pero, ¿cómo calcular la densidad calórica de un alimento? En alimentos empaquetados, debemos buscar en las etiquetas nutricionales cuántas calorías tiene por porción y cuántos gramos pesa la porción. Dividiendo el número de calorías por el número de gramos obtenemos la densidad calórica. Si el resultado es menor a 1, se considera que es un alimento de baja densidad calórica. En cambio, si el resultado es mayor a 1, se considera que es un alimento de alta densidad calórica. Para alimentos que no vienen con una etiqueta nutricional, he aquí una lista para guiarnos:
Como se puede ver, entre los de menor densidad calórica están los alimentos que aportan muy pocas calorías, siendo mayor el aporte de agua y volumen saciante. En cambio, los alimentos de alta densidad calórica (alimentos ricos en azúcares y grasas) ofrecen muchas calorías aún en poca cantidad. Conociendo cuáles son los alimentos de baja densidad calórica y cuáles son de alta densidad, podemos hacer elecciones más apropiadas para nuestro objetivo nutricional. Una manera de disminuir la densidad calórica de un alimento es incorporar a las preparaciones culinarias elementos que aumenten el volumen de las mismas sin aportar calorías: agua, fibra, gas, aire. ¿Cómo hacerlo? Batir a nieve las claras, agregar hielo a un batido de frutas, utilizar gelatina sin azúcar en lugar de masas para dar forma a postres, incorporar en las preparaciones cereales integrales, las cáscaras de frutas y vegetales, etc. Un recordatorio importante es que nunca debemos abusar de ningún alimento en particular. Nuestro plan alimentario diario debe consistir en una variada selección de alimentos que nos proporcionen las calorías necesarias juntamente con los nutrientes que necesitamos.
domingo, 15 de abril de 2012
Tu edad real
David Niven Miller. Un nombre
totalmente desconocido para la mayoría de nosotros. Quizás si hubiera dicho
David Beckham o David Guetta la mayoría hubiera reconocido de quién hablo.
Pero, no. Hoy hablaremos de este investigador inglés experto en longevidad. Más
concretamente, hablaremos del concepto de que la cantidad de años cronológicos
(los que se calculan a partir de nuestra fecha de nacimiento) puede no ser la
misma que la edad de nuestro cuerpo. Muy posiblemente es por esta diferencia
que uno se encuentra con personas que no “aparentan” la edad que tienen sino
que lucen más jóvenes o más viejos. Este investigador desarrolló un test que
determina nuestra “segunda edad”, la de nuestro cuerpo. Según este test, a los
años cronológicos deben sumarse o restarse años de acuerdo a las respuestas que
demos a preguntas que indagan sobre hábitos de salud y estilos de vida. Las
preguntas se centran en la cantidad de amigos con los que uno comparte los
problemas, cuántos abrazos o besos recibe por semana, la edad estimativa en la
que uno cree que morirá, si es que las manos pueden tocar los talones de uno con las
piernas derechas, el peso corporal de uno, el tamaño de la panza, frecuencia
con la que siente cansancio o falta de energía en el cuerpo, si fuma, ingesta
de bebidas alcohólicas, cantidad de arreglos dentales, ingesta de gaseosas azucaradas
o jugos de fruta industriales, ingesta de alimentos enlatados y/o comidas en conserva,
cantidad de veces durante la semana en las que se siente demasiado lleno
después de comer, cantidad de resfríos que sufrió el año pasado, ingesta de
antibióticos en los últimos años, cantidad de veces durante la semana en las que
camina o realiza ejercicios por 30min o más y cantidad de veces durante la semana en las que realiza ejercicios de fuerza muscular. Luego de sumar y restar años, viene
el resultado. Si el resultado es que somos más jóvenes de lo que indica nuestra
documentación, ¡felicidades! Lo mejor es seguir en el camino por el que
transitamos para llevar una vida feliz y saludable y seguir buscando maneras de
mejorar cada día. Si el resultado es que tenemos la misma edad que la
cronológica, probablemente nos sintamos un poco irritados porque nos hubiera
gustado ser más jóvenes. Pero lo bueno es que con algunos retoques aquí y allá,
podremos tener un cuerpo más joven del que indica nuestro año de nacimiento.
Ahora bien, si el resultado es que somos más viejos que nuestra edad
cronológica… no hay por qué desesperar. Es algo que se puede revertir adaptando
nuestro cuerpo a elecciones más saludables. Para el autor de este test, los
mejores cambios se producen cuando se modifican la dieta, los niveles de estrés
y el ejercicio físico. Para tomar el test pueden ir a esta página (para quienes entienden inglés) o a esta otra (para quienes no entienden
inglés). La versión en inglés es la que ha perfeccionado el autor. Consiste en
unas 140 preguntas. Mi consejo es que lo tomen con tiempo y que tengan un
espejo cerca y a Google listo para investigar ciertos términos. La versión en
castellano es más corta y quizás menos precisa, pero nos da una idea general de
cómo vamos en este aspecto. Así que... ¿cuál es tu edad real?
domingo, 8 de abril de 2012
Pilates
Conseguí esta imagen aquí
¿Quién no ha oído hablar de esta
técnica de ejercicios para el cuerpo y la mente? Está tan generalizado que es
casi imposible no conocerlo, al menos de nombre. Es que la realización de
Pilates nos hace sentir el cuerpo ágil, firme, tonificado, fuerte y
revitalizado… ¿y quién no desea todo eso para su cuerpo? Creado por Joseph H.
Pilates, se le suele denominar el “ejercicio de la persona inteligente” porque
su objetivo es animar al estímulo armónico de la mente y el cuerpo. Los
ejercicios en suelo pueden ser practicados en cualquier parte, aunque lo mejor
es que el ambiente sea silencioso y tranquilo. Si el suelo en el que vamos a
ejercitar es duro, es bueno invertir en una colchoneta cómoda que cubra desde la
cabeza hasta la base de las nalgas. Para asegurarnos de tener sitio donde
movernos, podemos tumbarnos boca para arriba y alejar los brazos y las piernas
del cuerpo como si quisiéramos crear un ángel en nieve. Si encontramos un
obstáculo, cambiamos de lugar hasta encontrar el espacio ideal. Para practicar
Pilates, debemos ponernos una ropa cómoda que permita a nuestras extremidades
ponerse en movimiento. No necesitamos de calzados :) Ahora bien, me veo en la
necesidad de confesar que las primeras veces que uno practica Pilates, puede
sentirse estúpido. Hay muchos factores para manejar a la par: respiración, contracción
de ciertos músculos mientras se relajan otros, procurar mover ciertas partes
del cuerpo mientras se mantienen otras partes quietas… En fin. Son muchos
factores que manejar a la par, como he mencionado. Lo ideal es procurar no
juzgarse a sí mismo y seguir practicando hasta lograr el control del cuerpo. “La
práctica hace al maestro” se aplica a Pilates también y los resultados bien
valen la pena. Este método puede ser practicado todos los días y a cualquier
hora. Por la mañana temprano nos despereza y fortalece para el día que
viviremos, por la tarde nos recarga las energías y por la noche nos devuelve la
serenidad tras un día agotador y nos prepara para acabar el día con
tranquilidad. Para iniciar, podemos encontrar unos ejercicios básicos aquí.
Todos los ejercicios diseñados por Pilates se rigen por la concentración, el
control, el centramiento, la precisión, la fluidez de movimientos y la
respiración. A medida que uno domina los ejercicios, se da cuenta de que no
solo la postura de uno cambia, sino también la forma de moverse. No solo nos
sentimos mejor sino que lo reflejamos. ¿Por qué no incorporar Pilates a nuestra
rutina de ejercicios?
domingo, 1 de abril de 2012
Tierra limpia, alimentos limpios: composta
El primer domingo de Marzo 2012
hablamos acerca de separar la basura en orgánica e inorgánica, haciendo así posible
el reciclaje de los materiales inorgánicos. Ahora bien, ¿qué se hace con los
materiales orgánicos que hemos separado? Bueno, se puede dejar que el camión de
basuras se los lleve y que la municipalidad de donde vivimos “se encargue del
problema”… o podemos hacer composta. El compost, composta o compuesto (a veces
también llamado “abono orgánico”) es el producto que se obtiene del compostaje (descomposición
aeróbica -con oxígeno- de residuos orgánicos) y constituye un grado medio de
descomposición de la materia orgánica. Cuando la descomposición de la materia
orgánica alcanza un grado superior, se pasa a denominar humus. Se usa en
agricultura y jardinería como enmienda para el suelo, aunque también se usa en
paisajismo, control de la erosión, recubrimientos y recuperación de suelos. Los
agentes microscópicos responsables de la descomposición son las bacterias, hongos
y protozoos. A nivel macroscópico se encuentran las lombrices de tierra,
hormigas, caracoles, babosas, milpiés, cochinillas, etc. Cualquier material
biodegradable puede transformarse en compostaje, pero debemos de tener en
cuenta que no todos los materiales son apropiados para el proceso de compostaje
tradicional a pequeña escala (o sea, casero). El principal problema es que si
no se alcanza una temperatura suficientemente alta los patógenos (los agentes
que nos enferman) no mueren y, como consecuencia, pueden hacer proliferar
plagas. Es por eso que el estiércol, las basuras y restos animales deben ser
tratados en plantas especializadas. Es necesaria la presencia de celulosa que
las bacterias transforman en azúcares y energía, así como las proteínas que
permiten el desarrollo de las bacterias. Los restos de comida grasienta,
carnes, lácteos y huevos no deben usarse porque tienden a atraer insectos y
otros animales indeseados (léase roedores… Sí, queriendo hacer un bien capaz
nos sale mal al final si no tenemos en cuenta estos detalles). La cáscara de
huevo en cambio es una buena fuente de nutrientes inorgánicos para el suelo.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿cómo se composta? Entre todos los vídeos que vi
sobre el tema, este es el que más me gustó:
Las primeras veces que compostemos seguramente nos va a costar (como todo lo nuevo que introducimos a nuestra vida), pero bien vale la pena el esfuerzo. Si separamos los residuos en orgánico e inorgánico, reciclamos lo reciclable de los materiales inorgánicos y creamos una composta con los materiales orgánicos, estaremos reduciendo al mínimo nuestro aporte de basuras a este planeta hermoso en el que vivimos. Para más información, esta página me pareció muy interesante. Si no disponemos de lugar en nuestro hogar, ¿qué tal juntarnos con amigos que sí tengan lugar y hacer un proyecto conjunto? Lo importante es que lo hagamos, así que ¡manos a la obra!
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